viernes, 15 de julio de 2011

"La salat", el rezo de los musulmanes

El primer día que dormí en Dakar me desperté con un sonido de fondo peculiar y poco habitual. Era muy pronto, las cinco de la mañana, y mi gran curiosidad me llevó a saltar de la cama rápidamente y comprobar desde la terraza de mi habitación de donde procedían esos cánticos. Después de varios minutos disfrutando atónita de mi nuevo descubrimiento: voilá…“La salat”; estaba escuchando por primera vez el rezo de los musulmanes. Despierta María, una nueva religión acaba de darte la bienvenida.

Después de tres días aquí pude observar esta práctica en un pequeño centro de oración situado en medio de una de las calles de Thies. Así fue como comprendí que no es necesario acudir a las mezquitas para practicar la oración, desde cualquier lugar en el que estés situado puedes hacerlo. Aún así la mayoría de ciudades senegalesas cuentan con estas edificaciones religiosas. Todas ellas están provistas de grandes altavoces y megáfonos que tienen la función de hacer llegar la oración a todo el pueblo. Siempre hay un encargado de tomar el mando, tanto para llamar al rezo como para dirigir las oraciones diarias. Cada día lo hacen cinco veces: la primera, Fajr, al amanecer antes de la salida del sol; la segunda, Zuhr, antes de la comida diaria. Después, Asr, es a media tarde y antes de la puesta del sol; Al anochecer, Maghrib, y por la noche: Isha. Aún así el horario depende de la época del año y la zona. Una de las condiciones obligatorias es rezar situándose en dirección a la Meca, al norte. 


Actualmente, la mayoría de la población senegalesa es musulmana y solo una muy pequeña minoría pertenece a la iglesia católica. Ambas conviven en auténtica armonía y respeto. Por otra parte y una de las cosas que más llamó mi atención fue contemplar en las paredes de edificios representaciones de figuras humanas, algo prohibido en el Islam. Aquí es habitual ir paseando y contemplar imágenes de líderes religiosos (también actuales) en todo tipo de lugares: casas, tiendas, coches, barcos, ropa… La sociedad senegalesa es una sociedad muy arraigada a sus costumbres y tradiciones, y así ocurrió con el Islam. Sin tocar ninguno de sus cinco pilares básicos y fundamentales introdujeron sus propios valores. Esa fue la principal razón por la que ellos sí admiten la representación gráfica de líderes, los cuales tienes una importancia absoluta para sus seguidores.

Con el paso de los días escuchar “La Salat” de fondo se ha convertido en una de las cosas más habituales. A pesar de ello todavía hay días que me quedo absorta escuchando sus oraciones y en cambio hay otras en las que ese gran descubrimiento de hace quince días llega a resultar un tanto pesado.  Esto es solo una pequeña parte de lo que voy aprendiendo del mundo islámico en este país. Aún queda mucho por investigar y más aún por conocer.  Una vez más me RE-afirmo: “Sólo sé que no sé nada”. 

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